viernes, 4 de abril de 2008

¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?

Eso mismo se preguntaba mucha gente en la mañana de ayer. Eran por ti, Jesús. ¿Tanta prisa tenías por irte? Estuviste aquí este fin de semana, tenías boda en Alcázar…y, así de la noche a la mañana, sin despedirte, como siempre, con la fugacidad y con la estela que dejan los ángeles…nos dejaste.
Aunque estabas en Jerez, siempre estabas en boca de los herencianos.
“Tengo que llamar a Viso, para ver si este año vamos a hacer la misa con los de Jerez. Es lo más bonito de la Romería. Ponemos los dos autobuses, el de Jerez y el del pueblo “pareaos” y Viso, en medio, da una misa preciosa. Tienes que ir allí”.
Esto me decían en la comida de hermandad de este año, cuando sin acabar la Semana Santa, se preparaba la Romería de tu Morena.
Ya no podré escuchar esa misa, no oiré tus vivas a La Hermosona, ni se escucharán tus chistes en la romería de la Virgen de la Cabeza en La Pedriza…manda fuerzas Jesús desde arriba a la gente que tendrá que poner voz y corazón donde antes tú estabas.
Hoy, el Cristo de la Misericordia te despedirá de Herencia. Te dejará ya camino de lo eterno, será el último herenciano, que desde su casa te diga adiós. Otros muchos, venidos de todas partes, sobre todo de Jerez, te llevarán con tus padres.
Hoy, el Cristo te despedirá con sus puertas abiertas de par en par. No sé si para que te despidas de Él por última vez, si para que Él se despida de ti, o para darte ya la bienvenida en el Cielo. Por cierto, al pasar, llama a San Pedro, con una voz de las tuyas, para que te abra las puertas del Paraíso. En la ermita lo pillarás durmiendo, como nos pillaste a nosotros la noche en que te fuiste.

Jesús, siempre querías estar en todas partes. Con prisas. Con todas las cofradías…Sólo había una forma de hacerlo, de estar con todas…lo hiciste. Siempre cumplías.

Descansa en paz, “hermosón”.

1 comentario:

Pedro Gómez dijo...

El pasado domingo celebraste tu último acto, la boda de tu amigo Jesús. Tenías ganas de “recogerlo” y así lo hiciste.

Nos despedimos en el banquete, quedando en vernos para organizar esos temillas que teníamos entre nosotros y me recitaste una poesía preciosa de San José. No te preocupes, intentaré hacerlo solo, y ahora con más gana, porque se que seguirás dirigiendome desde donde estás.

Aún suena en mi cabeza el eco de tu voz del domingo con esa canción que tanto te gustaba: “Hoy he vuelto Madre a recordar”

Aprovecha ahora y cantasela a la Hermosona que la tienes a tu lado.

SANTÍSIMO CRISTO DE LA MISERICORDIA

SANTÍSIMO CRISTO DE LA MISERICORDIA